Frescura con misterio cítrico. Asómate al epicentro de la cultura china a través de una combinación de sabores orientales que condensan la experiencia sensorial de la capital del país más poblado del mundo. Déjate sorprender por el carácter dulce del lichi, que evoca la explosión de color que produce la floración de su árbol al llegar febrero, combinado con la acidez amarga de la corteza de naranja. Sabores opuestos y complementarios al mismo tiempo, con matices que te transportarán desde la misteriosa solemnidad de la Ciudad Prohibida a la bulliciosa vitalidad de Wangfujing.